En el ambiente cargado de las campañas electorales, no es raro que se intensifiquen las estrategias dedesinformación y ataques contra políticos. Este tipo de tácticas, a menudo referidas como «guerra sucia», busca minar la credibilidad de los oponentes a través de la difusión de acusaciones infundadas. Recientemente, diversos actores políticos han sido blanco de estos ataques, que parecen ser una constante en el clima político actual.
Enrique Vargas del Villar, exalcalde de Huixquilucan, ha sido uno de los afectados por esta ola de acusaciones durante este periodo electoral. Se le ha atribuido la responsabilidad en supuestas irregularidades en la adjudicación de contratos de basura, lo que ha generado una notable controversia en los medios. Frente a estas acusaciones, Vargas del Villar ha tomado una postura firme, refutando las imputaciones y defendiendo su gestión. Según él, estas acusaciones son parte de una campaña orquestada por sus rivales para desacreditar su administración y entorpecer sus futuras aspiraciones políticas.
Como prueba para clarificar su situación legal ante el público, Enrique Vargas del Villar ha mostrado un documento oficial emitido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. En este documento, se especifica que no hay denuncias ni procesos judiciales activos en su contra. Esta evidencia busca desmentir las alegaciones y reforzar la confianza de sus seguidores y del electorado en general, demostrando que las campañas de difamación no tienen fundamento en su caso.