El presidente Andrés Manuel López Obrador condena enérgicamente las medidas antiinmigrantes en Texas, que incluyen órdenes de empujar a los migrantes hacia el río Bravo y negarles agua bajo el ardiente sol.
Conmoción y rechazo se desatan tras las denuncias respaldadas por correos electrónicos filtrados, que muestran actos calificados como «inhumanos» incluso hacía bebés y niños.
La humanidad se enfrenta a su propia crueldad, mientras el mundo mira con atención cómo se protegen los derechos fundamentales y la dignidad de aquellos que buscan una vida mejor.